
Según Zerkin, se encontró a Brin en el metro de Nueva York y de hecho le pidió permiso para tomarle la foto que encabeza este artículo. Zerkin pudo hablar con Brin durante algunos minutos, pero asegura “que todo fue muy rápido y tan de sorpresa, que no pensó bien en lo que le iba a preguntar”.
Evidentemente, a uno nunca se le pasa por la cabeza que se puede encontrar a Sergey Brin por el metro y va a tener la oportunidad de hacerle unas preguntas durante unos minutos.
Las gafas de Google cada vez están más cerca, pero de momento, muy alejadas de nuestros bolsillos por su elevado coste.
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