Jonathan Ive, desde luego tiene como jefe de diseño de Apple, una difícil tarea. ¿Cómo seguir siendo iPhone y al mismo tiempo revolucionar una vez más la industria?.
En este punto, si bien el diseño exterior del equipo es uno de los más elegantes del mercado, la competencia logró imponer altos estándares en cuestión de hardware. Samsung, con su modelo Galaxy S3 y el Nokia Lumia 920, son los exponentes más claros en este sentido.
Por el lado de la compañía finlandesa, el móvil no sólo cuenta con un sistema operativo completamente diferente a lo existente (Windows Phone 8), sino que hace gala de contar con detalles como la tecnología NFC o la carga inalámbrica del equipo a través de inducción.
Y aquí es donde Apple vuelve a mostrar lentitud. Es cierto que el iPhone cambió en 2007 la forma en que se mueve el mundo de los teléfonos inteligentes. Y también es real que es muy difícil generar productos que generen una disrupción de forma constante.
El iPhone 5 no es más que una mejora, una actualización para ponerse (casi) a la altura de sus rivales.
Nokia, con el Lumia 920, muestra una interfaz y un diseño frescos, con una fuerte apuesta a las características técnicas. Desde luego, Windows Phone 8 y su tienda de aplicaciones tienen mucho por crecer, pero presentan algo nuevo. Y como todo lo nuevo, resulta tentador.
La elección entre uno y otro modelo, es difícil, y tiene que ver más que nada con lo que uno busca, qué necesita y qué quiere transmitir. Porque los celulares no son sólo aparatos de una utilidad práctica sino también accesorios de diseño. Y, en este punto, ambos resultan ser los móviles más atractivos del mercado.
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